miércoles, 29 de octubre de 2014

Emigrados


Nombre dado a los fugitivos monárquicos que huyeron de Francia durante la Revolución de 1789, la mayoría de los cuales eran aristócratas o miembros del clero. Sus líderes fueron el conde de Provenza, quien se convertiría en Luis XVIII, el conde de Artois, que posteriormente llegaría a ser Carlos X (ambos eran hermanos del rey Luis XVI), y Louis Joseph de Borbón, príncipe de Condé. Los émigrés buscaron refugio primero en Alemania y Austria, y después en Inglaterra y Rusia.
Este grupo participó en conjuras y conspiraciones destinadas a restaurar el poder absoluto de la monarquía antes de que tuviera lugar la ejecución de Luis XVI. Tras su muerte, ocurrida en 1793, abogaron por la implantación de la monarquía borbónica y juraron lealtad al hijo de Luis, al que proclamaron rey bajo el nombre de Luis XVII. Al fallecer éste en 1795, el conde de Provenza ocupó su lugar. Muchos émigrés lucharon en ejércitos enviados por las potencias europeas aliadas para aplastar la Revolución Francesa. Parte de las fuerzas de invasión encabezadas por el duque de Brunswick en 1792 estaban formadas por émigrés. Asimismo, otros tres mil participaron en un fracasado desembarco que tuvo lugar en 1795 en Bretaña.
Todos los terrenos que poseían en Francia fueron confiscados y empleados como parte de la garantía de la emisión de un papel moneda conocido como asignado. Sus familiares se vieron privados de sus derechos civiles y muchos fueron guillotinados durante el Terror. Algunos émigrés regresaron a Francia durante el periodo napoleónico, mientras que otros no pusieron fin a su exilio hasta que en 1814 se restauró la monarquía borbónica.

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